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The Wise Little Girl

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Is the proposal for a Russian story will be illustrated: D
There are still many more, but I hope to give me which of the two proposals will :iconkawaiifaceplz:

Follow me on facebook www.facebook.com/yaninkarla :iconawesomenessplz:
I'm "Yanin Sal Oro"

Una propuesta de estilo para un cuento ruso llamado:


La niña Sabia

Iban de viaje dos hermanos, el uno pobre y el otro rico. Tiraba del carro del pobre una yegua, y del rico un caballo. Hicieron noche los dos hermanos en una posada.
Mientras dormían, la yagua del pobre parió un potrillo, que rodó bajo el carro del hermano rico. A la mañana siguiente el hermano rico despertó al pobre y le dijo:
–Levántate, hermano, Esta noche, mi carro a parido un potrillo.
El pobre se levantó y le dijo:
– ¿Acaso un carro puede parir? El potrillo ese es de mi yegua.
El rico replicó:
–Si fuera de tu yegua, estaría a su lado.

En fin, se pelearon los hermanos y fueron ante el juez. El rico dio al juez un puñado de monedas, mientras que el pobre no tenía más defensa que sus palabras.
El pleito se prolongaba, y el zar en persona tomó cartas en el asunto.

Hizo que llevaran a ambos hermanos a su presencia y les pidió que descifraran cuatro acertijos.
–¿Qué es lo más fuerte y rápido del mundo? ¿Qué es lo más alimenticio? ¿Qué es lo más blando? ¿Qué es lo más querido?

El zar dio a los hermanos tres días de tiempo para contestarles. Al cuarto día venís –dijo– y me respondéis.

El rico se puso a pensar y terminó yendo a pedir consejo a una comadre suya.

La mujer lo sentó a la mesa, se puso a agasajarlo y le dijo:
– ¿Por qué te veo tan triste compadre?
–El zar me ha pedido que adivine cuatro acertijos y me ha dado de plazo tres días.
–Dime qué acertijos son ésos.
–Escucha, comadre. El primero dice así: ¿Qué es lo más fuerte y rápido del mundo?
– ¡Nada más fácil! Mi marido tiene una yegua alazana. No hay nada más rápido Si le das un latigazo, corre más veloz que una liebre.
–El segundo acertijo dice: ¿Qué es lo más alimenticio del mundo?
–Tenemos en la cochiquera un cerdo ten cebado, que no puede siquiera levantarse.
–El tercero es: ¿Qué es lo más blando del mundo?
–Los colchones de plumas. ¿Acaso puede haber algo más blando?
–El cuarto reza: ¿Qué es lo más querido del mundo?
–Lo más querido es mi nietecito Ivánushka.
–Gracias, comadre, jamás olvidaré el favor que me has hecho.

El hermano pobre llegó a casa anegado en llanto. La recibió si hijita, una niña de siete años que era toda su familia.
─ ¿Por qué, padre, suspiras y viertes lágrimas?
─ ¡Cómo no quieres que suspire y vierta lágrima! El zar me pidió que descifre cuatro adivinanzas a las que no sabré responder en toda mi vida.
─ Dime qué adivinanzas son esas.
─ Escucha, hijita. Me ha preguntado lo siguiente: qué es lo más fuerte rápido del mundo; lo más alimenticio; qué es lo más blando y que es lo más querido.
─ Ve, padre, y dile al zar que lo más fuerte y rápido es el viento; lo más alimenticio es la tierra, pues todo lo que crece y vive lo nutre ella; lo más blando es el brazo, ya que el hombre, duerma donde duerma, siempre descansa en el brazo la cabeza; lo más querido en el mundo son los sueños.

Se presentaron al zar los dos hermanos, el rico y el pobre. El zar los escuchó y preguntó luego al pobre.
– ¿Lo has adivinado tú mismo o te lo ha dicho alguien?
El pobre respondió:
–Tengo, señor, una hija de siete años; es ella quien me dijo lo que debía responder.
– Ya que tu hija es tan sabia, dale este hilo de seda y que me teja una toalla con dibujos.

Tomó el pobre el hilo y llegó a casa triste y cabizbajo.
– ¡Somos unos desgraciados! –Dijo a su hija–. El zar ha pedido que le hagas una toalla de este hilo.
– No te apenes, padre –respondió la niña.
Arrancó la chica una ramita de su escobilla, se la dio a su padre y le dijo:
– Ve y pídele al zar que encuentre un maestro que haga de esta ramita un telar en el que yo pueda tejer la toalla.

Fue el pobre al palacio e hizo lo que le había dicho su hija.
El zar le dio ciento cincuenta huevos y le ordenó:
–Dile a tu hija que para mañana me incube ciento cincuenta polluelos.

Regresó el pobre a su casa todavía más triste y cabizbajo que la vez anterior.
– ¡Ay, hija mía! –suspiró–. ¡Escapa el hombre de una desgracia y se le viene encima otra!
–No te apures, padre –respondió la niña.
Coció los huevos los guardó para la comida y cena y le dijo al padre:
–Ve y dile al zar que necesito mijo criado en un día para dar de comer a los polluelos. En un dia deben arar el campo, sembrar el mijo, recogerlo y trillarlo. Los polluelos no aceptarán más grano que ése.

El zar escuchó al pobre y le dijo:
– Ya que tu hija es tan sabia, que venga mañana a mi presencia ni a pie ni a caballo, ni desnuda ni vestida, ni con regalos ni con las manos vacías.

“Esta vez –pensó el pobre–, mi hija no podrá hacer lo que el zar quiere. ¡Estamos perdidos!”

– No te apures, padre –le consoló la hija cuando le hubo anunciado lo que el zar pedía–. Ve y compra a los cazadores una liebre viva y un ave viva también.

El padre fue y compró la liebre y el ave.

A la mañana siguiente, la chica se quitó toda la ropa, se echó encima una red, tomó en sus manos el ave, montó a lomos de la liebre y se fue al palacio.

El zar la recibió a la entrada. La chica le hizo una reverencia.
– Aquí tienes, señor, mi regalo –dijo–, y ofreció al monarca el ave. El zar tendió la mano, pero el ave levantó el vuelo y desapareció en un santiamén.

–Está bien –dijo el zar–, haz hecho todo lo que pedí. Ahora, dime: ¿cómo os las arregláis tu padre y tú para comer, siendo tan pobres?
–Mi padre pesca en la orilla seca, no pone las redes en el agua, y yo llevo el pescado a casa en la falda y hago sopa.
– ¡Qué tonta! ¿Dónde has visto tú que los peces vivan en las orillas secas? Los peces nadan en el agua.
–Tú eres muy inteligente, señor, pero ¿dónde has visto que un carro pueda parir un potrillo? Paren las yeguas, no los carros.

El zar sin decir más y apenado dispuso que entregaran el potrillo al hermano pobre.
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RossoDH's avatar
Qué bonitas.